
Hoy la lluvia me escupió a la cara.
Golpeó tejados con ráfagas de cristales rotos
no hizo charcos, sólo arroyos.
Sacó chispas de las cuerdas
mareó valles
quebró trastes.
Hoy la lluvia, encrespada,
desfloró la tierra.
Vino con ganas de guerra
y ganó la batalla.